Una familia inglesa pasa sus vacaciones en Alemania. Mientras pasean por una de las calles, se fijan en una bonita casa que creen que podría ser lugar ideal para sus próximas vacaciones. Resulta que el dueño de esta casa es un cura. Sin pensarlo, celebran con él un contrato de alquiler.
Cuando regresan a Inglaterra, la mujer se acuerda de que en la casa no había ningún servicio ni cuarto de baño. Decide escribir una carta a cura para preguntárselo: “Estimado Señor … , le escribe la familia que le alquiló la casa para las vacaciones el año que viene. Por desgracia, no hemos podido saber dónde se encontraba el WC. Nos gustaria que nos lo explique para cuando vengamos. Gracias. Saludos cordiales”.
Al leer la carta, el cura no ha entendido lo que significaba “WC” y decidió que aquello era la iglesia germano-inglesa Walls Chapels y escribió lo siguiente: “Estimados Sres, los agradezco de nuevo por su elección y les comunico que el sitio que le interesa está ubicado a 12 km de la casa por lo que tiene una localización muy cómoda para quienes lo visitan a menudo. Hasta el lugar indicado se llega en bicicleta o andando pero en cualquier caso es preferible que acuda un poco antes para poder ocupar los asientos y no molestar a nadie. El lugar posee el aire acondicionado, los niños se ponen al lado de sus padres y cantan todos juntos. El folio correspondiente impreso se les da a todos en la entrada. El que llega tarde, puede utilizar el papel de su vecino. Al final los papeles se tienen que ser devueltos con el fin de repartirlos luego entre los pobres. El sitio esta acondicionado de tal forma que desde el exterior se escucha todo lo que esta pasando dentro. Espero que le haya dado una buena descripción de este maravilloso lugar. Os mando un cordial saludo…”.
Impaciencia violeta 