Brad Pitt sobre Angelina Jolie

 

Mi mujer se puso mala. Siempre le preocupaban los problemas del trabajo, los de la vida personal, problemas con los hijos. Con esto llegó a perder 15 kilos y pesaba cerca de 40 a sus 35 años. Era muy delgada.

Se rindió, dio la marcha atrás, siempre lloraba y nunca estaba de buen humor. No disfrutaba con nada. Siempre se quejaba por el dolor de la cabeza, el corazón o los músculos. Tenía insomnio, dormía muy poco, acostándose de madrugada. Se cansaba muy rápido. Nuestra relación estaba en el límite. Le salieron ojeras y su belleza empezó a desaparecer poco a poco. Dejó de cuidarse. Rechazaba roles en películas que le ofrecían. Yo perdí toda la esperanza y creí que pronto nos tendríamos que divorciar.

Pero luego decidí actuar. ¡Si es que mi mujer es la más bella del mundo! Es la mujer ideal para la mayor parte de los hombres y yo tengo el privilegio de acostarse a su lado todos los días y poder tocar sus hombros.

Empecé a regalarle flores, darle besos y hacer piropos. Le hacía sorpresas, la hacía reír cada minuto. La sorprendía con regalos y vivía por ella. Hablaba siempre de ella delante de todo el mundo. Ante nuestros amigos decía lo mucho que la quería.

¡No os lo vais a creer! Mi mujer volvió a ser feliz. Su rostro resplandeció de nuevo. Ha recuperado el peso, dejo de estar nerviosa y empezó a quererme más que antes. No me podía imaginar que ella sea capaz de amar TANTO. Esta experiencia me ha hecho comprender una cosa: la mujer es el reflejo del hombre. Hay que amarla con locura y en futuro llegará a serla.

© Brad Pitt